El objetivo del trabajo es presentar las ideas pedagógicas, de tres grandes pensadores latinoamericanos, que la historia en su discurso oficial ha desconocido e ignorado aspectos relevantes para destacar u ocultar otros, que por razones históricos sociales, no eran ideológicamente favorables o correctas para el proyecto de país que se quería construir a partir de 1810.
Momento histórico crucial, donde los americanos tenían la posibilidad de construir un nuevo estado, había mucha tarea para hacer, y también ideas de cómo hacerlo, claramente en el seno de la revolución aparecen grupos que se disputan el poder, rápidamente se enfrentan dos proyectos de país: uno el que expresaron San Martín, Artigas, Bolívar, O’Higgins, Moreno, Belgrano que luchaban por la libertad de los pueblos de América, para interconectarlos en un crecimiento hacia adentro y construido desde el interior, donde las ciudades o los pueblos conformen una gran confederación de pueblos con un gobierno unificado de representación política republicana y federal, que incluía a las masas populares, y buscaba consolidar la libertad luchando contra la tiranía de los supuestos dueños de América y se puede sintetizar en emancipación- unidad política y social del continente. Otro compuesto por las clases dominantes de los puertos marítimos del continente, verdaderos enclaves económicos-culturales, cosmopolitas Montevideo, Valparaíso, Lima, Caracas y Buenos Aires, sectores del litoral pampeano protoportuario, con una concepción liberal oligárquica, asentada sobre una clase terrateniente, latifundista y agraria de nación ligada al comercio que deseaban vincularse a Europa y transformarse en una correa de transmisión de la política económica de los Imperios y centros de poder es decir; dependencia-fragmentación y atraso. La educación que es la resultante de esas luchas sociales, donde un proyecto es derrotado y se impone la hegemonía de un proyecto político que impulsa un proceso de dependencia exógena , traducido en un modelo de desarrollo de acumulación externa que subordina la economía del país a los intereses de la región pampeana y da la espalda a las emprobecidas economías regionales, escenario sombrío, que plantea nuevos interrogantes y desafíos, que próceres como Belgrano, Moreno, S. Rodriguez, J.I.Gorriti entre otros, proponen ideas, planes, proyectos educativos como alternativas para consolidar la independencia.
Manuel Belgrano (1770-1820), educado en la España de los Borbones, cursó sus estudios jurídicos en la Universidad de Salamanca, allí se puso en contacto con las ideas enciclopedistas y economistas, sintió la influencia de los principios
ideológicos difundidos por la revolución norteamericana que en ese momento interesaban profundamente a Europa. Su formación ilustrada, también se vio enriquecida por las amplias lecturas que pudo efectuar, ya que por concesión de Pío IV, fue autorizado a “…leer toda clase de libros condenados, aunque fuesen heréticos…”.
El 15 de julio de 1796, leía ante el Consulado de la ciudad de Bs.As., su primera Memoria, en la que se refería a “… los medios generales para fomentar la agricultura, alentar la industria y proteger el comercio, inspirado en la dóctrina fisiocrata sostenía que la base de la riqueza se encontraba en la agricultura, que se hallaba atrasada debido a que cada uno obraba en ella de acuerdo a su gusto y práctica, evidenciando un absoluto desconocimiento de las reglas a que debe obedecer su explotación …”(M.H.Solari) ¿Que estaba planteando Belgrano?, estaba instalando en la sociedad el debate educacional en términos modernos, los estudios clásicos centrados en el derecho, la filosofia, la teología fueron cuestionados y enfrentados a una concepción utilitaria, racional y científica de la educación, proveniente de los países más adelantados de la Europa Occidental. Planteaba una disyuntiva muy fuerte, o siguen en vigencia los viejos estudios teológicos eclesiáticos que heredamos del viejo dominio colonial español, de una educación formadora en derecho canónico y natural, abstracta y discursiva que educaba a las élites, para ocupar cargos políticos, militares y eclesiáticos de la sociedad, o una educación pragmática, que tenga elementos que le permitan al sujeto operar en la realidad, una educación que provea elementos de información instrumental, utilitaria, que rompa con la tradición escolástica, eterea y celestial, para bajar a una educación basada en el desarrollo de la razón, un pensamiento científico donde las cosas no se creen sino se comprueban, donde el discurso no es dogmático y acabado, sino que es un discurso que hay que ratificarlo continuamente en función de la relación con la realidad cotidiana.
Con este discurso, estaba creando las bases de una educación formal, que apuntaba a proveer capacidades para el trabajo en la tierra, en los cultivos, proponía la creación de una escuela de Agricultura, donde los jóvenes labradores aprendieran los principios generales de la vegetación y desenvoltura de las siembras , dependiendo de la riqueza producida por el agro se desarrollaría la industria y el comercio, consideraba el punto de arranque de todos los procesos históricos sociales a la agricultura. Un programa de este tipo, no respondía a las necesidades reales de la vida colonial, ni a los intereses de los dueños de todas las tierras, más que una respuesta es una aspiración, según C. Tedesco, no estaban dadas las condiciones objetivas para que se concrete el proyecto, pero no es posible negarle, la capacidad de ver más allá de lo cotidiano, de ser un visionario y plantear la tan buscada y deseada relación EDUCACION –TRABAJO, que ninguna reforma educativa ha logrado concretar y es una deuda que la educación y la sociedad tienen con los jóvenes. Esta relación se fundamenta en que Latinoamérica pudo desarrollar la agricultura como la fuente de la riqueza que le permitiría incorporarse al mundo del comercio, porque lo único que podríamos comerciar, eran los derivados de la tierra, del ganado, años más adelante M.Moreno, sostenía en la Declaración de los hacendados que la independencia política de la nación era fundamental, y no bastaba solo con tener una bandera propia, sino en incorporarnos libremente al sistema comercial del mundo, hacía referencia que para consolidar la independencia política, era necesaria la independencia económica.
El pensamiento de Belgrano, es trascendente e innovador para la época, sostenía “… que la educación era el orígen de la felicidad pública y la palanca del progreso de las naciones, ya que sin que se ilustren los habitantes de un país, o lo mismo, sin enseñanza nada podríamos adelantar, el país tenía necesidad de organizar su sistema educativo para echar los fundamentos de su prosperidad perpetua…” (M.H.Solari). No solo vivió su época, sino que la denunció y la describió en su prédica periodística, publicaba artículos en el Correo del Comercio, mencionaba el atraso, el descuido, la precariedad y las condiciones paupérrimas de las escuelas de primeras letras y el descuido en la educación de la niñez, que muchas veces estaban en manos de maestros sin títulos e ignorantes cuyo único recurso pedagógico eran los azotes, el castigo físico hacia los alumnos.
No se quedó en la crítica sino que a la reflexión la acompaño con la acción, con el premio que le concedió la Asamblea constituyente de cuarenta mil pesos fuertes mandó crear escuelas gratuitas y abiertas para negros, blancos, mulatos, y pobres, escribió el Reglamento para las escuelas del Norte, donde también hace planteos muy interesantes, que las escuelas debían estar subvencionadas por los Ayuntamientos, que los maestros fueran elegidos por concursos de oposición y que sean calificados por su idoneidad y costumbres, proyectó que los jueces obligarán a los padres a enviar a sus hijos a la escuela y se establecieran escuelas de primeras letras en todas las parroquias, y se enseñara a leer, escribir, contar y el catecismo. También se preocupó por la educación de la mujer, que hasta entonces no era considerada objeto de educación, carecía de instrucción y solo le estaba destinado en su futuro un matrimonio arreglado a conveniencia de su condición social o un convento para ser monja Belgrano se preguntaba: “… como la mujer que carecía de instrucción podía desarrollar las virtudes morales y sociales de sus hijos …como formar las buenas costumbres y generalizarlas con uniformidad si el sexo femenino estaba condenado al imperio de las bagatelas y de la ignorancia, afirmó que había llegado la hora de que se arbitrasen medios para desviar tan grave daño, ya que de la mujer depende la educación de la infancia, que es la época de la vida que deja rastros más hondos…” (M.H.Solari)
Podemos encontrar en su discurso, las bases o el germen de la instrucción pública , porque en su época ya estaba proponiendo una educación popular, libre, gratuita, obligatoria, que pudiera contener a las masas sociales desfavorecidas, y garantizará la igualdad entre los ciudadanos, estaba planteando el principio de obligatoriedad y el de gratuidad, pero también supo ver en la educación un poderoso instrumento para el promover el cambio y transformar la realidad dependiente que tenían las colonias con España. La educación era el arma ideológica fundamental para dominar o liberar a los pueblos, consideraba que no bastaba con derrotar al enemigo en el campo militar, sino que hacía falta educar al pueblo para que saliera de la ignorancia, había que afianzar militar y políticamente la independencia de la nación. Es el precursor de la educación moderna Argentina, su pensamiento ilustrado y ecléctico, se inscribe en el proyecto de un país independiente y no solo se lo puede estudiar desde los clásicos manuales de Historia como el creador de la bandera, el abogado, el periodista, el militar que libro batallas, que ordenó el Exodo del pueblo en la provincia de Jujuy, el que bendijo la bandera, sino como un pedagogo, que se preocupó por la educación de la niñez, por las escuelas, por los sueldos de los maestros, por los métodos de enseñanza, por los contenidos, por la disciplina, y como todas las injusticias que cometen los gobiernos. Belgrano murió solo y pobre, lejos de los honores y los lujos que podía haberle dado su condición social, su memoria quedo esculpida en el bronce de los monumentos que se lucen en los edificios públicos y sus ideas tienen vigencia actual cuando se observa el abandono y el deterioro de los edificios escolares, la lucha de los maestros por un sueldo digno y profesionalización, la gran cantidad de niños que viven en las calles mientras las aulas están cada vez más vacías y los políticos que dicen defender la escuela pública, recortan el gasto educativo y discuten una ley de educación que esperamos no sea un fracaso y permita que los que menos tienen puedan educarse y salir de la ignorancia, que como sostenía Belgrano: “ la educación era el fundamento más sólido de la felicidad pública…”
Otro representante de esta pedagogía democrática, es la figura de Simón Rodríguez, gran pedagogo liberal revolucionario, hombre de luchas en las guerras de la independencia a la par de su alumno y discípulo Simón Bolivar, realizó una experiencia única de educación popular en Chuquisaca sembrando los gérmenes de lo que hoy sería la Educación popular en América Latina. Es un pensador casi desconocido y muy poco estudiado, sobre todo por la historia oficial, perseguido y repudiado en su época por sus ideales y sus acciones libertadoras, hoy olvidado y casi oculto pocos saben de él, las nuevas generaciones y los nuevos manuales de historia que se leen en las escuelas. En 1825, cuando llega Simón Bolivar libertador con su ejército, después de la batalla de Ayacucho a la actual república de Bolivia , le encarga la tarea de organizar la educación pública, sus ideas eran adecuadas e innovadoras, para el cambio de situación política institucional en América porqué se salía de la colonia y se entraba a la república.
Original y auténtico en sus ideas, escribió su libro Utopía Americana, después de la revolución para las nuevas y jóvenes repúblicas se abrían alternativas, regresar a la antigua monarquía o caer en la anarquía, o consolidar una nueva América, un nuevo sistema republicano, que supere el modelo colonizador impuesto por la vieja Europa, mientras la mayoría de los pensadores buscaban algo nuevo mirando a Europa, para imitar la ciudad de las luces. El sostenía: “… No se alegue la sabiduría de Europa…porque arrollando ese brillante velo que la cubre, aparecerá el horroroso cuadro de su miseria y de sus vicios… resaltando en un fondo su ignorancia…¡¡¡Ignorante la Europa¡¡¡, Sí cuéntense los esclavos en Rusia, en Polonia y en Turquía …agreguense los millones de judíos que el desprecio mantiene en la adyección …los millones de campesinos , de marineros, de artesanos, visítense las casa de juego y los lupanares… ¿Qué imitar, entonces? ¿los teatros, las bellas artes, las tertulias de alto tono en las cortes?....”(D.P.Castillo) La enfermedad del siglo es una sed insaciable de riquezas, que se declara por tres delirios, la traficomanía; hacía referencia al capitalismo internacional a través de uno de sus mas ricos recursos de seducción , la mercancía , la colonomanía ; hacía referencia a la necesidad de poblar nuestras vastas extensiones de tierra, de colonizar, y para ello la vieja Europa ofrecía rubios por millares, la cultomanía hacía referencia al trabajo de las sectas que se metían en América amparadas en la libertad de cultos, cuestionaba la llegada de nuevas formas de religión cuando con la que teníamos bastaba.
Este era su diagnostico de la realidad americana, y las denuncias de las formas de dominación con que se inaguraba el período post-independentista, su proyecto utópico buscaba abarcar la totalidad de América, no propuso como otros autores ejemplo; (La República de Platón) un lugar imaginario, un u-topos un ninguna parte, un continente por descubrir o una sociedad perfecta, su utopía estaba en el futuro, era algo por hacer, había que construir una América libre, no había que copiar o imitar el viejo molde, había que romper con las relaciones sociales de esclavitud y dependencia, colonizar el país con sus propios habitantes, con el hombre originario y real, el indio, descentralizar el poder, a través de la creación de provincia y de comunidades, abrir caminos hacia el desierto, en la frontera de los indios, que los extranjeros puedan vivir en la misma condición que los nativos, etc.etc, planteaba la necesidad de repartir las tierras a sus legítimos dueños, ese amplio sector de la sociedad que estaba marginado y desposeído no solo de tierras, sino de algo básico y elemental como la educación, que era el medio eficaz para combatir la ignorancia, a quien consideraba un mal social que atravesaba las relaciones sociales en todos sus aspectos y marcaba las desigualdades y los prejuicios. De allí que la concepción de sociedad, asumía una tarea abierta, que se iba construyendo, que se iba aprendiendo según la capacidad de cada generación para enfrentar sus circunstancias. La esperanza estaba puesta en el ser humano educado, en la educación del niño que luego se haría hombre, en el amor propio como esencia del hombre, para fundar una relación social, basada en la solidaridad y el compromiso, la educación tiene muchas tareas, no solo la de instruir, a dar algunos conocimientos, sino a fundar la sociedad misma.
En cuanto a su proyecto educativo, partía de la crítica y precaria situación de los maestros, a quienes veía como: “… unos pobres dependientes, mal pagados ,charlatanes, sin estudios ni preparación para enseñar…”, propuso formación, paga decente y consideración social adecuada a la tarea que se realizaba, denunciaba la importación de maestros, de sabios que venían de Europa, con sus catecismos, a trasmitir los viejos valores dependientes, de sumisión y conformismo, que corrompía la mente de los niños y dificultaba la transformación social, había que formar a los nuevos maestros y tenían que ser los habitantes de estas tierras, la escuela debía ser popular y política. Su pedagogía tenía como finalidad, no enseñar moldes para toda la vida, sino enseñar a aprender, consideraba un acto inhumano que los conocimientos estén en manos de una minoría, los conocimientos eran necesarios para la vida y no podían pertenecer a un grupo social, debían ser para toda la América . El maestro no era un verdugo, debía ofrecer los medios para que los niños fueran desarrollando formas de relación y de comprensión de la propia realidad, ya que esta a cargo de las primeras impresiones de los niños de aquellos momentos en que podrá orientar un ser hacia la sociedad, hacia el común sentir, debía cultivar la razón de los niños y enseñarles a vivir socialmente. Saber comunicar “…para enseñar todo lo que sabe, y en esa cualidad poner su amor propio...no alucinar con sentencias propias y ajenas, hacerse respetar por una ventaja que todos puedan tener, si emplean su tiempo en estudiar. El que piense en esto reconocerá que lo que sabe lo debe al pobre que lo mantuvo…y que no hizo aquel sacrifico, sino con la esperanza de tener alguien quien lo enseñe…Los doctores americanos no advierten que deben su ciencia a los indios y a los negros, porque si los señores hubieran tenido que trabajar…confeccionar lo que han comido, vestido y jugado durante su vida…no sabrían tanto...y serían tan brutos como sus esclavos…”, su discurso cargado de ironía, y de sentido expresaba la realidad en un lenguaje sencillo pleno de solidaridad, de respeto, de igualdad, de libertad.
También hizo planteos acerca del método de enseñanza, “… el maestro debía partir de la observación directa de las cosas, una observación detenida de procesos simples , que luego servirán para avanzar hacia abstracciones más amplias, la enseñanza no era solo la trasmisión de conocimientos, sino la tarea de enseñar a pensar…”
Su proyecto de Educación popular planteaba la creación de comunidades para niños pobres de ambos sexos, quienes debían estar decentemente alojados , vestidos y alimentados, curados y recibir instrucción moral, social y religiosa, además de maestros tenían agentes que cuidaban de sus personas y velaban su conducta, se daba ocupación a los padres de los niños recogidos, tanto los alumnos como sus padres gozaban de libertad, y al salir de cada aprendizaje cada joven reconocía una deuda al fondo y pagaba 5 por ciento hasta haberla amortizado, si bien esto estaba a cargo del estado, esa era una de las formas en que sostenía el establecimiento etc.
Proponía que “…debían tener talleres donde aprendían los principales oficios, albañilería, carpintería y herrería porque estaba con tierras, maderas y metales se hacen las cosas más necesarias, de esta manera se formaba hombres útiles ya que se los instruía y acostumbraba al trabajo, se le asignaban tierras y de esta manera se colonizaba el país con sus propios habitantes, se daba instrucción y oficio a las mujeres para que no se prostituyesen por necesidad, ni hiciesen del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia…”Los establecimientos tenían un director, maestros e inspectores, y debían reunir aptitudes , como moralidad, conocimiento práctico, modales decentes, jenio popular, juicio para hacer sentir su superioridad sin humillar, comunicativo etc.etc.
Simón Rodríguez durante 20 años había peregrinado por la vieja Europa, vivió como lo hizo toda la vida en la pobreza y eso le permitió la experiencia directa del modo de vida de los explotados, apoyo a los pobres y sobre todo a los niños, sentía respeto por los “…hijos de los dueños del país…”.La vida seguía siendo penosa, tanto en Europa como en América, consideraba en vano imitar a aquella, hacía falta una revolución económica, sus propuestas escritas en plena colonia, no fueron escuchadas, la experiencia en Chuquisaca duró muy poco, acusado e injuriado injustamente tuvo que renunciar, la sociedad conservadora y tradicional que mantenía los viejos vínculos de amos - no estaba dispuesta a cambiar, no quisieron comprender sus ideas y las vieron peligrosas y subversivas, su sistema educativo entrañaba una transformación social que muy pocos deseaban. Al respecto D.E.Yepez escribe “…era impensable una propuesta de Educación popular, destinada a alfabetizar a los grupos desfavorecidos a cargo del estado, sobre todo en el momento que atravesaba la vida boliviana recién emergiendo de las guerras con las finanzas exhaustas…sus planteos de reforma agraria, de entrega de tierras…y ponerlo en conocimiento de la sociedad política y clerical de ese tiempo, hacía erizar la piel de latifundistas, hacendados, militares y curas, que a pesar de los cambios políticos siguieron preservando sus bases de poder y el orden social impuesto en estas tierras desde la llegada del conquistador blanco…” . Tenía confianza en el hombre para gobernarse a sí mismo, creía en la libertad, en la emancipación americana y en los sujetos pedagógicos reales de América, nunca renunció a su Utopía, que todavía esta presente en cada uno de nosotros, cuando observamos a una gran cantidad de la población que vive bajo la línea de pobreza, en asentamientos precarios, y la educación empobrecida por los bajos presupuestos y una economía globalizada que depende de países poderosos, entonces reclamamos educación para todos, instrucción pública gratuita, dignidad y reconocimiento de la profesión docente, con sueldos y capacitación para poder enseñar en las escuelas, a todos los niños y a los adolescentes cualquiera fuese su condición social y cultural. Amargamente escribió en sus memorias “… Hay ideas que no son del tiempo presente, aunque sean bien modernas, ni de moda, aunque sean nuevas. Por querer enseñar más de los que todos aprenden; pocos me han entendido, muchos me han despreciado y algunos se han tomado el trabajo de perseguirme…”
Juan Ignacio Gorriti (1766-1842) canónigo, nacido en la provincia de Jujuy, tuvo una destacada actuación revolucionaria como diputado en 1810 en la Junta Grande, graduado de doctor en la universidad de Córdoba, a pesar de su formación dogmática, teológica y filosófica en el viejo régimen colonial, fue un intelectual ilustrado, supo analizar y entender la realidad americana, pudo hacer la transición entre al colonia teocrática y la América revolucionaria. Su obra y sus escritos, que la historia educativa oficial ha olvidado, fue develada con la publicación, de su libro Reflexiones, donde podemos rescatar al hombre, al político, al ideólogo, al educador, defensor del federalismo, de las autonomías provinciales frente a la hegemonía porteña, al despotismo de la política rivadaviana que se imponía desde Bs As, sostuvo sus convicciones republicanas, democráticas y populares, por sus ideas, fue desterrado por el Triunvirato , luego de que colaborara en el primer ensayo de la Constitución , que fue rechazado por el Ejecutivo porteño, luego derrocado como gobernador de Salta, se exilio en Bolivia hasta su muerte en 1842.
Preocupado por la educación del pueblo, escribía: “…Los pueblos que fueron colonias españolas, tienen todos necesidad de ser corregidos de los vicios que engendró una administración viciosa de ella misma…debe ser objeto principal de los gobernantes hispanoamericanos desarraigar esas tradiciones, que puedan ser viciosas a la democracia…obrar en sentido contrario es prolongar las desgracias de la patria, edificar sobre terrenos movedizos que cualquier viento hace sacudir y desplomarse…”(Reflexiones) , allí estaba advirtiendo de los peligros que enfrentaba la construcción de una patria de naciones libres de tiranos, que con sus intereses provocaban los desencuentros y las guerras civiles, a esos males, le encontraba un solo remedio, la educación, como el vehículo para afianzar la independencia nacional, escribía: “…La política de los gobiernos opresores es mantener a los pueblos en una ignorancia estúpida y fomentar los vicios que más favorecen a su sistema tiránico …cualquier demagogo aspirante a la tiranía engaña con facilidad a un pueblo ignorante para tiranizarlo…un pueblo ignorante de sus derechos y deberes no puede conocer la importancia de hacer una buena elección…”(Reflexiones) , allí manifestaba la necesidad de educar, de crear por medio de la educación los nuevos hábitos populares necesarios para el funcionamiento de una democracia liberal para todos, que supere la tradición de la vieja política española, cuya conducta criminal, había sido descuidar las escuelas de primeras letras, y denunciaba: “… los maestros , hombres indigentes y sin educación, y las más veces viciosos, ebrios e inmorales, apenas sabían pintar las letras del alfabeto y algunas reglas de aritméticas, y esto más por rutina que por principios: la enseñanza se prolongaba y cuando los niños aprendían lo poco bueno que sabía el maestro, su espíritu estaba viciado, habían perdido el horror que inspira el vicio y si no eran ya unos malvados , habían echo muchos pasos para serlo…”(Reflexiones). Preocupado por la educación y el cuidado de la niñez, escribió su Plan de Educación que llegó aplicar en Bolivia, donde planteaba modificar los métodos de enseñanza improvisados y crueles como los castigos corporales, para adecuarlos a la realidad y que lleguen a las masas populares, las escuelas debían enseñar el respeto por la vida civil, el conocimiento de los derechos y obligaciones, el preceptor (maestro) cumplía un función importante, debía tener cualidades virtuosas, presencia , prestar atención observar a los alumnos, ganarse su confianza, estudiar las inclinaciones de cada alumno para reprimir las desordenadas y favorecer o potenciar las buenas para formar sujetos útiles. Planteo la unificación curricular, y ante la carencia de docentes propuso “…establecer escuelas cabeceras en las capitales de los departamentos y a su vez ese maestros debía ser el jefe de otros cantones o parroquias y era el encargado junto aun Tribunal compuestos por personas destacadas del pueblo y de ciudadanos de evaluar y comprobar el desempeño y la eficacia tanto de los docentes y alumnos en los exámenes públicos se otorgaban premios a los méritos…”(Reflexiones) y consideraba importante escuchar la palabra de los niños, para acostumbrarlos a pensar, comparar y elegir, selección en los libros de lectura, y adecuación de la enseñanza a las realidades educativas regionales sobre todo al lenguaje, dentro de una unidad y homogeneidad curricular, que formaría ciudadanos instruídos, en una misma dóctrina formarán una masa compacta de opinión acerca de los intereses públicos, lo que le daría fuerza moral y fuerza física a los Estados, es decir una educación sistematizada. Hizo hincapié, en la mejora de los lugares donde se enseñaba, en la limpieza, en la higiene, de los niños y la moral en las buenas costumbres, en el sueldo del docente, que debía ser honorable, decente y respetable, para evitar que sufriera humillaciones y pudiera mantener a su familia, el pago debía ser puntual una ley debía garantizar un cómodo retiro en caso de enfermedad física que lo inutilice para el ejercicio de la docencia.
Con respecto a la instrucción de la mujer sostenía “…el bello sexo forma por lo menos la mitad de las poblaciones, hace el agrado y las dulzuras de la sociedad, influye en la moral de la sociedad…los estados deben formar el corazón del sexo bello y dar dirección a sus inclinaciones…ellas deben ser instruídas en todos los ramos de la cultura que deben enseñarse en las escuelas, en la cultura doméstica y en oficios, sobre todo a las niñas de condición humilde, que encontrarán un recurso asegurado para vivir honestamente, y no ser engañadas, teniendo una vida cómoda…”(Reflexiones).
Desterrado de Bs.As. por defender la libertad de los pueblos, desterrado de Salta y despojado de sus bienes por defender la organización de los estados, se refugio en Bolivia, donde ejerció el magisterio docente, fue rector del Liceo Nacional de Sucre, fiel a sus ideales revolucionarios, escribió desde su exilio casi con amargura, que solo le quedaba escribir, denunciar, al gobierno tirano, a los políticos que habían traicionado a la patria, sujetándose al yugo europeo, traicionando a quienes habían luchado con las armas por la libertad americana, sometiendo los pueblos a la tragedia de la guerra civil. El que había perdido su patria también había perdido su tranquilidad, finalizó sus escritos “…dirigiendo sus votos al cielo por la tranquilidad y prosperidad de todos los nuevos Estados Americanos, y que las nuevas generaciones futuras, más afortunadas que la presente, libres de enemigos externos y del azote de la guerra civil, al abrigo de instituciones justas y liberales, logren paz y tranquilidad que con nuestros sacrificios les hemos conquistado, tomando lecciones de nuestros aciertos y desaciertos para preservarse de ellos.” Este héroe local, cuyas Reflexiones, salieron de las penumbras del Archivo Histórico de la provincia de Jujuy , donde estaban olvidadas, hoy puede ser conocido y estudiado por las nuevas generaciones de estudiantes e historiadores. Sus escritos, nos muestran al intelectual, al político, al pedagogo, fiel a su fe, impregna sus ideales revolucionarios con la religión cristiana, reclamando igualdad, libertad y educación para todos los hombres, revaloriza la enseñanza de los hechos del pasado, como un aprender del mismo para mejorar y construir un presente y un futuro de esperanza en las nuevas generaciones.
Para concluir, puedo decir, que estos grandes educadores construyeron su proyecto, sobre la realidad de los sujetos americanos, de las masas populares esclavizadas y excluidas del proyecto unitario del país que se empezó a proyectar desde la revolución de mayo, situación que genero grandes desigualdades sociales que aún en la actualidad no pudieron ser superadas, ellos vislumbraron en su tiempo que la educación era el instrumento valioso, la herramienta para el cambio social, que debían utilizar los políticos para consolidar la verdadera independencia de los pueblos americanos, sobre la base de una independencia económica y política que incluyera a los desposeídos, a los habitantes de estas tierras.
Visionarios en su época, en sus propuestas se puede encontrar el germen de la construcción del estado moderno y de un sistema educativo que se consolidó con la ley de educación común 1420 en 1880, cuyos postulados básicos son la obligatoriedad, la gratuidad, la laicidad y la gradualidad de los saberes, que ya hacían mención estos intelectuales, identificados en su preocupación por la educación de la niñez, de la mujer, y una educación para el trabajo. Propuse el título del trabajo entre signos de interrogación, porque lo que ellos escribieron parecía una utopía para esa época, hoy que la educación atraviesa un vaivén de crisis y cambios , estaría bueno, pensar y rescatar estas ideas, tratando de exigir que se hagan realidad, todavía se puede seguir luchando, desde los espacios políticos, desde los espacios escolares, en las aulas, cuando enseñamos a los alumnos, desde el pasado, desmitificando la historia de héroes, para hacer la historia social de los pueblos, desde la realidad social del país, indagar, aquello que aparece como absoluto, y develar los costados ocultos del pasado, construir con los alumnos un nuevo relato histórico y educativo entre el pasado que se conoce y el presente que se puede hacer desde la reflexión y la crítica en el aula.
Dedico en estas páginas escritas, un homenaje a la memoria de estos hombres de la independencia latinoamericana, que entregaron todo sin recibir nada, a Manuel Belgrano, a Simón Rodríguez y a Juan I. Gorriti.
Prof. Sara Zerpa
San Salvador de JuJujuy
Agosto de 2009
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Castillo, Daniel; Utopía y comunicación en Simón Rodríguez. Editorial Popular. La Paz .Bolivia
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Carrillo, José; Jujuy apuntes de su historia civil. Bs.As. Reeditado por los Talleres gráficos del Boletín Oficial e Imprenta del Estado, Jujuy, 1980.
Gorriti, Juan Ignacio; Reflexiones. Secretaria de cultura de la Nación en coproducción con Ediciones Fondo Editorial Jujuy 1994.
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Yépez, Daniel; Ponencia: Simón Rodríguez, Una experiencia popular en América Latina. San Miguel de Tucumán. Octubre, 1992.
22/9/09
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